Café de Flore

Lecina Fernández. Psicóloga Clínica

CAFÉ DE FLORE y la entrevista con Jean Marc Vallé, su director.

Café de flore es una película sobre el amor.

Es un trenzado entre las emociones y la razón.
La dualidad y/o binomio cuerpo-mente nos ha acompañado a lo largo de toda la historia de la humanidad, por una parte el cuerpo, sensibilidad, percepción, sensaciones, emociones y por otra la mente, la razón, la inteligencia.  Desde la psicología se sabe que ante las adversidades y problemas en la vida, el ser humano busca ansiosamente el por qué, cree necesario saber el por qué de los hechos, contar con una explicación para llenar la angustia y el vacío incómodo que provoca la falta de entendimiento. Una explicación externa o subjetiva ayudan a entender y a sobrellevar lo ocurrido y esta película es un interesante trabajo en este sentido.

Es visible la sensibilidad del director y por tanto la hipersensibilidad de los protagonistas en percibir, escuchar, no sólo la música- muy importante en la película y en los personajes- sino para escuchar la voz de las cosas, vivas o muertas, escuchar cuanto nos rodea. La película, en este sentido, ofrece tres vías al espectador: 1) es partícipe de las emociones que viven los personajes, emociones que el director ha elegido presentarlas en forma de destellos intermitentes. 2) entre esos destellos el espectador acompaña a los personajes en su necesidad de búsqueda de razón, de explicación  y justificación de lo que les ocurre y sienten en su vida. 3) el espectador, además, tiene un papel activo, racional. Tiene que construir la historia con las imágenes que recibe. Y la construye, sale del cine con la satisfacción de haber resuelto, él mismo, el enigma.
El tema de la película puede gustar más o menos, las conclusiones a las que llega la protagonista pueden coincidir o no con las del espectador, pero una característica realmente atractiva es el montaje, es como un segundo guión formando un puzzle que va entregando piezas, en principio inconexas, aparentemente sin orden, proporcionando una continuidad de pistas cuidadosamente seleccionadas para que el espectador vaya dando orden a la historia. Esta es mi opinión, pero la sorpresa de este artículo de hoy es que he tenido el placer de comentar este apartado con el director Jean.Marc Vallé “¿En esta entrega continua de emociones cuanto peso dio a la razón?” –le pregunté-. Nos desveló que el origen de la película fue la canción Café de flore, luego la imagen de una madre con un niño, eligió que este niño presentase síndrome de Down, por representar el amor más puro, y para la historia, y mi pregunta, desde el principio, él planteó Razón y Sensibilidad respecto a la reacción del espectador: tuvo muy claro que sería un puzzle, un montón de piezas y poco a poco ir dando pistas al espectador, y para mantener la atención de éste darle esos destellos de emociones intensas y con buen ritmo, para que hacia el final vaya comprendiendo.

La película da mucho juego por los muchos temas interesantes que plantea, muchos temas psicológicos y relacionados con la psicología, pero como no se ha estrenado no quiero desvelarlos. Sí añado y pueden fijarse, aunque no es el tema de la película, entretejido en él está la reacción de los hombres y de las mujeres ante una situación en la que buscan explicación, y las conexiones de ayuda entre las mujeres.

Espero disfruten de este trenzado entre emoción y razón.