El ladrón de palabras

Lecina Fernández. Psicóloga Clínica

“El ladrón de palabras” Es una película que pasa por delante de ti, pero no entras.
Es la ópera prima de este drama- romance de Brian Klugman y Lee Sternthal, guionistas y directores de esta película que se estrenó en septiembre en USA y el 31 de octubre en España.
No voy a contar el argumento porque creo que la historia y cómo está contada, la habilidad para hilar entre historias, es uno de los puntos fuertes de la película, unido a la fotografía, las formas correctas y la banda sonora. Sin olvidar el elenco de actores (Bradley Cooper, Jeremy Irons y Denis Quaid). Esta bien, pero una pena, porque hubiese podido ser una gran película con el punto fuerte de los conflictos del alma de los personajes.

Una intención de los guionistas y directores, según las entrevistas que han concedido, es motivar a la reflexión sobre el éxito y la elección que hacen las personas para tenerlo. Cuentan que el origen de este guión parte de una anécdota real -casi ya leyenda- sobre Ernest Hemingway  y vemos que acaban contando una historia en la que hablan de sueños, de ladrones de obras, de la posibilidad de elegir, de las consecuencias de nuestras elecciones, cómo reaccionar ante las equivocaciones y fracasos. Parece que la intención de esta película es la reflexión. Pero no acaba de conseguirlo: la película pasa por delante de ti, pero no entras. Vemos a los personajes frente a  situaciones y cómo reaccionan ante ellas, Podría ser una película con mucha fuerza por todos los elementos psicológicos que aparecen (deseo de éxito, terror al fracaso, mentira como elección, disyuntiva, obsesión, inmadurez, ambición, el talento, etc.) podría entrar en la psique de los personajes y abrirnos la puerta para entrar en la tremenda disyuntiva o en la destrucción de la autoestima, pero no entramos. El protagonista vive en un mundo en el que se lo dan todo hecho: el sustento económico, el amor incondicional, la novela escrita, incluso la reflexión de su comportamiento y la forma de resolverlo. Y eso mismo es lo que llega al espectador. Todo hecho con las palabras de la película. Tal vez es una de las razones por las que no tiene fuerza ni alma. El valor de las cosas y del éxito es mucho mayor cuando hay que esforzarse para conseguirlas.
“No soy quien creía ser y me aterra no conseguirlo nunca” ésta es una descripción que hace el protagonista de sí mismo. Me atrevo a decir que a cualquier psicólogo le encantaría esta frase en un examen, puede hacer maravillas con ella  (en cambio aquí entra por un oído y sale por el otro). El éxito si no está conseguido por el esfuerzo de uno mismo, con el tiempo no llena y más bien lleva al vacío. Ojalá su experiencia le hubiese enseñado a mejorar, habría sacado mucho más partido de sí mismo.
Creo que esta película es un ejemplo para anunciar la ayuda que podría aportar un psicólogo con la lectura del guión  a entender el background de los personajes y de la historia a los profesionales del cine. Tal vez hubiesen conseguido esa fuerza entre todos.
Estaremos atentos a estos guionistas y directores porque muestran un gran potencial en esta opera prima, a ver si consiguen la llave para “entrar” en el alma de los personajes y de todos nosotros.