El profesor Lazhar

Lecina Fernández. Psicóloga Clínica

“El profesor Lazhar” nos cuenta una historia de reflexión, es una película “desveladora” en el sentido de revelar, de ir quitando velos para buscar la verdad para entender y liberarse de la opresión.
Película canadiense dirigida por Philippe Falardeau e interpretada por Mohamed Fellag fue nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa.
La película parte de la tragedia que ocurre en el aula de un colegio para plantearnos la educación que transmitimos hoy a los alumnos con la carencia de educación de la vida (educación en la razón y en los sentimientos) y por tanto de la muerte y el dolor del duelo, para decirnos que, aunque tengamos experiencias que nos rompen en pedazos, hay que continuar con la vida.

No es una película de las que se incluyan en el casi “género” de lo que ocurre en las aulas, en las que vemos un perfil de profesor héroe o la lucha por llegar a los alumnos y evitar el fracaso escolar.
“El profesor Lazhar” nos muestra el doloroso proceso del duelo, desde las dificultades que tiene la razón para comprender la muerte: con la incomprensión, el desconcierto, el vacío que provoca la falta de explicación, la sensación de abandono; y los sentimientos que provoca y le acompañan como la tristeza, dolor, rabia, impotencia y en este caso sobre todo el sentimiento de culpa.
Y este duelo está inmerso en el mundo del aula y sus alumnos, el cual lleva implícito el mundo de su inmediato alrededor: los profesores,  psicólogo y familia; y éste a su vez de la sociedad que les rodea y de la que forman parte.
Y en ese mundo que vivimos es dónde plantea el tema de la educación desde un punto de vista global, no siendo dogmático, sino a través de reflexión, de dudas que expone directamente en cuanto a la educación desglosada y desmembrada y no como una educación global de enseñanza de materias de educación de la razón, de valores, de sentimientos. Y de los resultados que esto está teniendo.
En ese sentido muestra en los personajes la evitación de lo no políticamente correcto y propone la comunicación, la importancia de la palabra y expresión de sentimientos en el proceso sanador del dolor del alma, a través de la terapia dirigida por un profesional y de la experiencia terapéutica que surge en el aula.
La película trata de muchos temas universales: Dolor y proceso sanador, Muerte y Vida, Tragedia y Esperanza, Crueldad y Sensibilidad, Evitar y Afrontar, Esconder y Buscar, Violencia y Justicia, Presión y Calma, Abrazos y Despedidas, Lucha y Paz interior, en definitiva, es dolorosa y conmovedora, no deja indiferente y se queda con nosotros, posiblemente por las emociones que provoca y remueve, tiene mucha fuerza dramática, y por las reflexiones que promueve. Es muy interesante para educadores padres y profesores por la reflexión psicológica, educativa y social.