A. La palabra ilusión viene del latín illusio, -ionis 'engaño', nombre sacado del verbo illúdere 'burlarse de, mofarse de'. Ilusión significa engaño, percepción o idea irreal, distorsión de la percepción sensorial. En este sentido contamos con expresiones como ilusión óptica o iluso, ilusorio o ilusionista. Y con frases como “de ilusión también se vive", "hacerse ilusiones" o "es pura o vana ilusión".
B. Pero en español también tiene un segundo sentido, y es el más vigente, popular y arraigado actualmente: es el de "viva esperanza, expectativas favorables depositadas en personas o cosas". Por ejemplo la ilusión de los niños por el Día de Reyes. Esta acepción, en sentido positivo, aparece en expresiones como “tener ilusión” “estar ilusionado” “hacerse ilusión”. Implica algo positivo, favorable y optimista.
C. Si hacemos un recorrido por los diccionarios la ilusión implica “alegría o felicidad que se experimenta con la posesión, contemplación o esperanza de algo[1]. “Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Viva complacencia en una persona, cosa, tarea, etc.”[2] . Pero ya antes, en la poesía de Espronceda se asocia al sueño, a la fantasía y esperanza, dentro de una realidad que depende de la actitud y la interpretación del hombre[3].
Lecina Fernández en su estudio ¿Qué es para ti la ilusión? en 2011 define:
“La ilusión implica un conjunto y una sucesión de actos:
[1] Diccionario María Moliner
[2] Diccionario Real Academia Española
[3] Se puede consultar este tema en “Breve Tratado de la ilusión” de Julián Marías